Un escrit que val la pena llegir, encara que alguna cosa del que diu sigui discutible. No obstant, potser valdria la pena pensar-lo força i fer quelcom MÉS positiu que una trobada de joves cristians (bastants de no tan joves) amb el Papa, que potser no fa gaire falta.
Font: Catalunya Religió
5.08.11
Que venga el Papa a Madrid.
El sarao está montado y el gasto, hecho. Los jóvenes y, sobre todo, la Iglesia católica española está muy necesitada de un subidón de autoestima. Lleva años replegada sobre sí misma, haciéndose la víctima. Es hora de sacar pecho y cabeza.
En época de estampida institucional no hay organización social ni política capaz de congregar tal cantidad de gente. Y menos, si son jóvenes. Y en la JMJ, aunque ya se han bajado las expectativas primeras que hablaban de casi tres millones, se espera la ingente cantidad de más de un millón. La apoteosis de la fe en Madrid.
Que venga el Papa para lanzar desde el púlpito planetario de Madrid un nuevo SOS por Somalia. Uno más, pero esta vez más potente, desgarrador, dramático. Que sacuda la conciencia del mundo. Que zarandee a fondo el corazón del millón de jóvenes de la JMJ.
Que venga el Papa-Profeta y, al estilo de los del Antiguo Testamento, rompa en público el jarrón de arcilla. Y, en un doble movimiento, anuncie la Buena Nueva del Dios samaritano y denuncie la idolatría del consumo y la explotación del norte que mata al sur.
Que venga el Papa y exija. Que les pida a sus 'Papa-boys', entre otras cosas, compromiso. Real y efectivo. Que se rasquen el bolsillo los hijos del primer mundo y pongan su fe en solfa. Porque la fe sin obras es fe muerta.
Porque un millón de jóvenes en su mayoría “ricos” pueden salvar, sin duda, a los 10 millones de personas que se están muriendo de hambre y sed en el Cuerno de África. Ellos y sus familias pueden reunir los recursos suficientes para evitar esta tragedia.
Y si el Papa no se lo pide o ellos no lo hacen, Dios les pedirá cuentas. Porque “tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber...”
Que venga el Papa y sacuda la inercia y la inoperancia de los Gobiernos e instituciones mundiales. Un buen tirón de orejas. Acongojadas por los mercados, incapaces de reaccionar ante el drama. O demasiado ocupados en no perder su privilegiada situación. África está tan lejos… Y lo de Somalia es una nueva repetición...Los pobres de algo tienen que morir...
Que venga el Papa y, después de zaherir las conciencias de los presentes y de los ausentes (televidentes), que pase el cepillo. Grandes cestillos de dinero para los hambrientos. Los donativos de los jóvenes. Y los más cuantiosos de los curas y obispos. Éstos hasta pueden empeñar sus báculos y sus mitras. Y los suculentos de las empresas del Madrid Vivo, las más potentes empresas del país, que han colaborado con la JMJ. Y los de todas las personas de buena voluntad. Porque, para socorrer al hermano, no hace falta ni ser cristiano. Basta con tener entrañas de misericordia.
Que venga el Papa, recoja en grandes bolsas (o en cheques ligeros) todo ese dinero y se lo lleve a los pobres. Personalmente. En mano. En vivo y en directo. Para que no se pierda ni un céntimo que puede salvar vidas.
Que venga el Papa, para que los niños pijos le vean y le aclamen. Pero también los pobres y los desahuciados de la vida tienen derecho a su presencia. Él es el Papa de todos y, especialmente, de los más desheredados, no en vano son los preferidos de Cristo. Lo dice la Teología de la Liberación y el mismísimo Evangelio.
Que venga el Papa, pero, terminada la fiesta madrileña, que no regrese a Castel Gandolfo, donde está pasando sus vacaciones. Que siga un poco más abajo. Que vaya a Somalia. Acompañado de Rouco, su anfitrión en Madrid, y del Padre Ángel, que, como ya estuvo por allí, puede servirles de guía.
Y si no pueden entrar (que no podrán) en Somalia, que se dirija lo más cerca posible de los campos de refugiados de Kenia o de Etiopía. Y aliente, anime, asista y bendiga a las víctimas. Y toque, sienta, vea y huela a algunas de ellas. Y abrace a los niños sucios y harapientos. Y rece e imparta su bendición a todos (como hace siempre): musulmanes, cristianos o animistas. Todos, hijos de Dios.
Sólo un gesto así puede justificar la fiesta de la JMJ. Sólo un gesto así puede salvarla. Sólo un gesto así puede tapar el escándalo. Sólo un gesto así puede justificar el gasto (sea de quien sea) y los beneficios (sean los que sean). Sólo un gesto así puede convertir una apoteosis de autoafirmación en un signo evangélico. El 'dadle vosotros de comer' actual. Un signo elocuente y evangélico al cien por cien.
Sólo así la Iglesia española podría ganar su credibilidad perdida. Sólo así se le perdonaría el sarao y el gasto. Sólo así la sociedad en crisis podría comulgar con el evento. Solo así se podrían desactivar las campañas del 'Madrid sin Papa'. Sólo así los “indignados” podrían sumarse a la fiesta o, al menos, a la colecta pro Somalia. Sólo así ganaríamos todos y, lo más importante, sólo así salvaríamos a los somalíes que se están ya muriendo de hambre y sed.
José Manuel Vidal
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada