dimecres, 25 d’abril del 2012

¿Renovar la Iglesia o romperla?

De Vida Nueva

Tan preocupante puede llegar a ser un ‘lobby’ proponiendo salidas rupturistas, cuanto una pasividad defensiva que se limitara a poner cortapisas sin abordar los problemas.

EMILIA ROBLES, coordinadora de Proconcil | En el año 95, los escándalos de pederastia que afligieron a Austria, acompañados de una insatisfacción creciente con algunas cuestiones disciplinares en la Iglesia llevaron a un importante sector de la Iglesia austriaca a suscribir masivamente una agenda de reformas.

En Alemania, Somos Iglesia recogió casi dos millones de firmas en torno a las mismas peticiones. A finales de 1996 se constituyó en Roma el Movimiento internacional Somos Iglesia, con la participación de 10 países, la mayoría europeos, pero también los Estados Unidos y Canadá.

En España, la Corriente Somos Iglesia, que agrupaba en 1997 a 150 colectivos y a una red activa de 20.000 personas, trabajó durante dos trienios, hasta convocar en 2002, en Madrid, un encuentro internacional con 500 delegados de 30 países y de cuatro continentes, bajo el lema Otra Iglesia es posible.

Desde entonces hasta ahora, foros de curas como los de Girona, Madrid, Bizkaia.., colectivos de religiosos/as, Redes Cristianas, Iglesia de Base, colectivos de teólogos, publicaciones religiosas… han seguido manifestando preocupación y disgusto por la falta de abordaje y diálogo efectivo sobre temas que afectan a la eficacia de la Misión de la Iglesia y a su credibilidad.

Preocupaciones antes minoritarias adquieren ya centralidad, como se revela en la desesperada llamada de los párrocos y diáconos austriacos, y también en los ecos mediáticos de las protestas.

Legítimas son, tanto la preocupación por la renovación de la Iglesia para ser más eficaz al servicio de su misión evangelizadora por la paz, la justicia y la vida, cuanto la inquietud por su gobernabilidad e identidad. El obstáculopara el diálogo conciliar es que ambas preocupaciones queden divididas y enfrentadas, en vez de ser compartidas por una mayoría eclesial, incluyendo a su jerarquía.

Tan preocupante puede llegar a ser un lobby proponiendo salidas rupturistas, cuanto una pasividad defensivaque se limitara a poner cortapisas sin abordar los problemas. Muchos sienten hoy vacía la afirmación de que “la Iglesia se hace en la Eucaristía y que la Eucaristía hace a la Iglesia”, cuando tantas comunidades en el mundo no pueden celebrarla.

Voces de la jerarquía a favor de un debate conciliar sobre algunas de estas cuestiones, como la de los cardenales Martini y Lehman, o la del fallecido cardenal Hamao, han sido desestimadas.

En este Jueves Santo hemos escuchado del Papa la convicción de que la desobediencia no es un camino para renovar la Iglesia.

Habrá, sin duda, que encontrar vías más adecuadas, de manera corresponsable, para algo que nos compete y urge a todos; la acción del Espíritu necesita también de nuestro concurso. Hay cismas que llevan tiempo fraguándose: el más visible: el que podría capitalizar ahora esta “llamada a la desobediencia” aunque, probablemente, no sea su intención; el menos visible, pero no por ello menos preocupante: la desafección y la rebeldía creciente de muchos creyentes ante una institución que cada vez les resulta más ajena y menos creíble.

Es importante que sigan emergiendo con credibilidad nuevos liderazgos que apunten caminos conciliares de participación, diálogo y búsqueda de amplios consensos, para que una gran mayoría eclesial pueda aportar corresponsablemente sobre cuestiones que conciernen a toda la Iglesia.

De fondo está el tema pendiente de democratización de las relaciones en la Iglesia. El autoritarismo cierra las puertas a la mediación, imprescindible y demandada ante la crispación y la fractura, avivadas por fundamentalismos de diversos signos y, en ocasiones, por intereses que se alejan de la misión evangelizadora.

En el nº 2.797 de Vida Nueva.

dissabte, 14 d’abril del 2012

Mujeres ordenadas... reflexiones breves

- Jueves Santo: Benedicto XVI rechaza de nuevo la posibilidad de ordenar mujeres, diciendo que la Iglesia no está autorizada a hacerlo. Una afirmación discutible, en la que no entraré ahora.

- Sábado después de Pascua: Dos mujeres pertenecientes a la Iglesia Católica Romana serán ordenadas en los Estados Unidos, después de años de discernimiento y espera, dentro del movimiento Roman Catholic Women Priests.

Una de ellas ha sido religiosa durante 25 años. La otra es seglar y madre de una hija ya casada. Ambas tienen estudios civiles y eclesiásticos y se dedican preferentemente a la atención a las personas sin hogar, a la relación ecuménica y los estudios bíblicos.

- Una de las mujeres tiene 68 años. Son muchas las que mujeres maduras que dan este paso y transgreden la ley eclesiástica después de estar esperando toda la vida a que las circunstancias -o el parecer de los hombres- cambien. Un acto de valentía que quizás se puede asumir con mayor libertad cuando se han cumplido muchos años. En todo caso, la señal también de que la vocación no desaparece con el tiempo, aunque los hombres de la Iglesia pretendan encauzarla proponiendo caminos alternativos.

- Si la vocación, toda vocación, viene de Dios, entonces todos los discursos de los hombres a favor o en contra de la ordenación de las mujeres son vanos.

dissabte, 7 d’abril del 2012

Sábado de desconsuelo


Nosotros teníamos esperanzas...
y resultó que vino él, Jesús, y las asumió todas.
Y nuestros corazones bailaban de alegría.

Pero él ayer murió.
Le mataron.
Le matamos.

Oh sí, queríamos ver nuestros sueños cumplidos.
Todos.
Pero para nada queríamos pagar su precio.
Nos retiramos todos.
De una u otra forma, todos le negamos.

Algunos le siguieron de lejos 
y vieron los signos de su tortura
y su muerte.
Decidieron diluirse entre el pueblo
y conservar la vida.

Si hubiéramos estado más bien organizados...
Si hubiéramos previsto lo que pasaría...
Si hubiéramos podido disuadir a Jesús...
Mostrarle claramente que era mala idea -malísima-
subir a Jerusalén.

No era esto lo que esperábamos.
De verdad, que no.
Creíamos que Dios estaba con él.
Que era el Mesías que esperábamos
y que con él todo cambiaría.

¡Ja!

¡Cómo si ni tuviéramos suficiente experiencia de mesías muertos,
de rebeliones ahogadas,
de ajusticiamientos masivos!

A ver, ¿dónde está Dios cuando pasa todo esto?
Porque nuestro pueblo y el Sanedrín se han lucido con su muerte,
pero el "Sobre Todo Nombre" ha callado una vez más.
Calla siempre... 
y, cuando habla, matamos a los profetas que nos envía.

En fin, ayer murió nuestra esperanza, toda esperanza.
Porque Jesús ha sido el mayor profeta que nos ha enviado.
Y todos le hemos dado la espalda.
Ha muerto.
 Y, con él, todos nuestros anhelos.

Ya no queda nada.
Sobrevivir.
Rehacer nuestros caminos.
Volver a nuestras casas,
a nuestros trabajos,
a nuestra simple supervivencia.

Pasaremos el resto de nuestras existencias
como nuestros padres:
con la cabeza baja,
bendiciendo al Santo con nuestros labios
pero quemándonos el corazón el sinsentido.

Hoy
unos se encierran en las casas,
muertos de miedo
o entregados al llanto
(o ambas cosas);
otros recogen sus bártulos
y emprenden el camino de vuelta,
enfadados con ellos, con Dios, con la vida.

Todos, decepcionados.
Todos, derrotados.
Todos, también. 
en el fondo, 
muertos.

divendres, 6 d’abril del 2012

Nacidos de la Cruz


Fue proclamado en Nazaret
que el Reino nace con dolor,
que es más fuerte el más pequeño
y más grande el servidor,
no habrá cuna para la verdad
si no es en forma de cruz.

Es libre el gozo de anunciar,
el de seguir siempre la ley,
el miedo y la ambigüedad
han dado paso al amor,
no hay justicia hoy aquí
si no es en forma de cruz,
si no es en forma de cruz.

JESÚS DE NAZARET, JESÚS DE NAZARET,
JESÚS DE NAZARET, JESÚS DE NAZARET (2) 

Nacido el Reino en Jerusalén,
con fuerza para perdonar.
La sangre que vertió en la cruz
transforma al mundo que anunció.
No hay fraterna humanidad
si no es en forma de cruz,
si no es en forma de cruz.

                                                         KAIROI

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