dijous, 19 de maig del 2011

Primer conflicto serio con los ordinariatos anglocatólicos


de 


(noticia reducida) 
El proceso de reintegración en la Iglesia Católica de diversos grupos anglocatólicos, mediante los ordinariatos creados por el papa Benedicto XVI, ha sufrido su primer bache de importancia. La Traditional Anglican Communion, amenazó con suspender las conversaciones con la Iglesia por un supuesto plan del encargado del proceso en Canadá, Monseñor Thomas Collins, de cerrar las parroquias anglocatólicas durante medio año y enviar a los clérigos anglocatólicos al seminario. El Primado de la TAC, John Hepworth, envió una durísima carta a Monseñor Elliot, obispo auxiliar de Melbourne, Australia.

Hace unos días, estalló la que quizás pueda considerarse la primera crisis de los ordinariatos anglocatólicos. 

El primer Ordinariato (para Inglaterra) se creó el 15 de enero de 2011, recibió el nombre de Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham y fue encomendado al Beato John Henry Newman como su patrono. Como primer ordinario, se nombró a Mons. Keith Newton, antiguo obispo anglicano, que recibió el título de monseñor. Junto a este primer ordinariato, se empezaron los trámites para crear otros similares en Canadá, Australia o Estados Unidos, en los cuales, además de antiguos miembros de la Comunión Anglicana, se integrarían fieles y clérigos de otros grupos anglicanos separados de esa Comunión, el más importante de los cuales era la Traditional Anglican Communion (TAC), muy presente en Australia, África y Canadá.

Sin embargo, en varios medios de comunicación salieron a la luz unas supuestas declaraciones del Arzobispo Hepworth, primado de la Traditional Anglican Communion, provenientes de la filtración de una carta privada del mismo a Monseñor Peter Elliott, el encargado de la implementación de Anglicanorum Coetibus en Australia. En esta carta, Hepworth se quejaba de un plan del responsable de la creación del Ordinariato canadiense, el arzobispo católico de Toronto, Thomas Collins, de desmantelar las comunidades parroquiales anglocatólicas en Canadá y hacer que sus fieles se integrasen en las parroquias católicas durante un periodo de entre cuatro y seis meses, en el que no recibirían los sacramentos. Esto se debía al hecho de que la catequesis realizada con el Catecismo de la Iglesia Católica por parte de la TAC no parecía suficiente. A estas dificultades se sumaban las grandes diferencias en cuanto a formación existentes entre los clérigos anglocatólicos procedentes de la Iglesia Anglicana de Inglaterra y los clérigos de laTraditional Anglican Communion (...). 

Como consecuencia de estos problemas, el Primado Hepworth decía a Monseñor Elliott: “Ya le advertí en julio del año pasado de la posibilidad de que el ordinariato inglés fuera el primero y el último en crearse. Esa posibilidad es ahora más probable”. Además, acusaba al obispo Thomas Collins, de hacer descarrilar el proceso y aseguraba que iba a suspender temporalmente las conversaciones con la Iglesia Católica. Asimismo señalaba que los canadienses pertenecientes a la TAC abandonaron la Comunión Anglicana hace treinta años, por su deseo de mantener la fe católica y, “después de tantos años de trabajo y sacrificio, la destrucción irresponsable de sus comunidades, el desprecio absoluto por su integridad eclesial y la forma brutal en la que estos edictos se comunican constituyen poderosas trabas a la unidad, en contraste con el propósito y el lenguaje tan claros de la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus”. Finalmente, también se quejaba de la “burda insensibilidad cultural que supone el redescubrimiento del término Católicos Romanos por parte de los obispos católicos, en contraste con la delicada redacción de la Constitución Apostólica”. 

El viernes, sin embargo, The Anglo-Catholic publicó unas aclaraciones de Monseñor Collins que desmentían que fuera a tomar las medidas que se habían anunciado. Tras estas declaraciones de Monseñor Collins, las aguas parecen haberse calmado, aunque aún no se conoce la postura oficial del Primado Hepworth y de la Traditional Anglican Communion.